El vicepresidente sectorial de Comunicación, Cultura y Turismo, Freddy Ñáñez, detalló que existe una mirada militar donde se ha analizado y se ha construido con teoría propia el «en torno a la nueva forma de guerra, ‘la guerra difusa’, que forma parte de la batalla que cada uno da cotidianamente»

Este miércoles, el vicepresidente sectorial de Comunicación, Cultura y Turismo, Freddy Ñáñez, afirmó que en la actualidad los conceptos más avanzados en términos políticos y sociológicos se construyen desde lo cívico-militar.
Lo anterior, a lo largo de su intervención en el Taller Nacional de Comunicación Popular «Tanques de Pensamiento Comunal», realizado desde la Sala de Eventos de La Carlota.
Bajo este contexto, detalló que existe una mirada militar donde se ha analizado y se ha construido con teoría propia el «en torno a la nueva forma de guerra, ‘la guerra difusa’, que forma parte de la batalla que cada uno da cotidianamente».
«Se están construyendo desde una perspectiva cívico-militar y forman parte de nuestra doctrina como república y como defensa de la nación».
Seguidamente, Ñáñez resaltó que hay opiniones de facto en el tema de militarización «por la vía de la tecnología hegemónica, como medio de la opinión pública y las relaciones sociales», es decir, que hoy están en disputa los relatos, los imaginarios, los territorios, si no «fundamentalmente la posibilidad de que el ser humano siga siendo un animal racional, con capacidad de construir a partir de sus emociones empíricas, ideas y razonamientos, sistemas de pensamiento y valores morales».
Del mismo modo, recalcó que las nuevas tecnologías activan el cerebro límbico «para la construcción de la percepción de la realidad», entendiendo que esta es una de las partes más antiguas del cerebro y es definida como un conjunto de estructuras cerebrales que regulan las emociones, la memoria, el comportamiento y la motivación.
«La pirámide de Maslow hace un esquema donde funciona nuestro cerebro de manera integral y el deseo y la estrategia de emprendedores que, quienes mantienen una guerra cognitiva, definitivamente quieren fragmentar el cerebro y estimular otras zonas».
La guerra cognitiva
El también ministro del Poder Popular para la Comunicación e Información Freddy Náñez, en el marco del Taller Nacional de Comunicación Popular «Tanques de Pensamiento Comunal»,
Señaló que la forma de enfrentarse a la guerra cognitiva que el mundo acecha es afirmar que quienes lo habitan son un sistema de inteligencia social y sujetos políticos, «porque estamos habitando conscientemente, efectivamente e inteligentemente un territorio que está compuesto por símbolos de afectos e historia con deseos a futuro que están haciéndolo posible porque hay un sistema social de interrelaciones».
Por otro lado, resaltó la importancia de que la sociedad se oponga a la guerra cognitiva mediante la organización social, «y debe trascender el concepto de la comunicación», ya que es planteada como un problema de oficio particular «que ejercen personas con técnicas particulares que solo pueden ejercer en su soledad».
A su vez, manifestó que en tiempo de la guerra cognitiva, Venezuela tiene mucho que decir, «reafirmando la liberación del ser humano, la autodeterminación de los pueblos y la capacidad creativa en los valores culturales y la memoria histórica, con mucha voluntad de batalla».
Ñáñez, recalcó que esta clase de batalla «debemos tomarla en serio en la medida en que la guerra cognitiva que plantea la OTAN se fundamenta en el conocimiento de la neurociencia, de la psicología, la psiquiatría y de las nuevas tecnologías de la comunicación» y debe ser estudiada efectivamente toda la literatura desde una «perspectiva descolonizada, desde nuestra propia realidad: en dialéctica con nuestra realidad concreta».
Aseveró que la realización del individuo no pertenece a una comunidad, no pertenece a un territorio, a una cultura singular y local, no pertenece a un sistema de relaciones sociales ni a un sistema de valor determinado, «sino que pertenece a una cápsula de aislamiento, mediante la cual él tiene una identidad que se produce y se autoproduce sola», siendo este el objetivo de las nuevas tecnologías de comunicación: «la despolitización de la vida en su propio núcleo, y lo que se busca es el individuo aislado porque así produce más plusvalía que una familia o una comunidad productora».
«La guerra cognitiva que plantea la OTAN se fundamenta en el conocimiento de la neurociencia, de la psicología, la psiquiatría y de las nuevas tecnologías de la comunicación».
Una despolitización viene por la vía directa de la inhibición de ese individuo en su voluntad de pensar; «ya no participamos en lo público y el debate público porque está siendo sustituido por los hashtags y por la conversación inducida por las redes sociales», pero que también viene por el hecho de incidir de una manera ventajosa en la percepción que tiene el sujeto de su propia realidad, «el hecho que hoy confiemos mucho más en uno aparentes seguidores o en los influencers o las determinadas plataformas sociales que en nuestra propia realidad hace que no me importe la vida real y social y esto no sucede en Venezuela y se convierte en el punto de quiebre que puede tener la tesis de guerra cognitiva».
En este orden de ideas el titular de la cartera de comunicación sostuvo que una sociedad politizada es una sociedad que se conoce a sí misma, sabe de dónde viene, cuáles son sus conflictos y enemigos, sabe lo que le conviene en función de un proyecto de sistema de ideas y de valores; eso se construyó desde el comandante Hugo Chávez, «con el rescate del imaginario heroico de la Venezuela que se forjó en los campos de batalla, donde las más grandes virtudes ideales y hazañas humanas de hombres y mujeres comunes dieron su vida para que nosotros tengamos libertad»; un relato tan poderoso y tan sencillo a la vez es algo que marca la diferencia en una guerra cognitiva de una sociedad que no tiene identidad, que no se reconoce en el pasado, que no tiene relación con su vecindario, activación en su propio territorio».
«Debemos entender como los tanques de pensamiento comunal y las organizaciones populares desde las comunidades que están activadas como una reivindicación política, por eso el método del presidente comienza en la calle, en la realidad, en la capacidad de resistencia que tiene un pueblo en concreto y termina en Radio Bemba», concluyó Náñez.



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