Tampoco asombra que Andrés Bello se convirtiera en uno de los intelectuales más influyentes en la sociedad de Caracas.
Andrés Bello, es sin duda una figura en cierta medida desconocida, si se compara con otros filósofos clásicos, o si se piensa en la filosofía latinoamericana, pues es una figura escondida entre la maleza.
Durante la universidad, por lo menos a este escritor, nunca le llegó algún viento, o soplo de pensamiento que proviniera de Bello. Aferrados más al pensamiento europeo y los teóricos comunistas, pues poco margen me quedaba. Pero sin dudas es notorio que una figura como este hombre haya calado en lo profundo del ideario latinoamericano y sea hasta catalogado como uno de los Padres de la Patria de Venezuela.
Como decía Carpentier “América Latina, tiene el deber ineludible de conocer a sus clásicos americanos, de releerlos, de meditarlos, para hallar sus raíces […], para tratar de saber quién es, qué es y qué papel habrá de desempeñar, en absoluta identificación consigo mismo”.
Es por eso que a la tarea de saber quién fue Andrés de Jesús María y José Bello López redacto esta suerte de norte literario-investigativo en el que grosso modo revelo un poco más de la figura del ilustre pensador.
Nacido en Caracas, un 29 de noviembre de 1781, desde muy joven mostró aptitudes para las letras, creció leyendo los clásicos del Siglo de Oro, y aprendiendo latín en Convento de Las Mercedes, con el padre Cristóbal de Quesada.
Para quien años después fuera humanista, filósofo, jurista, poeta, traductor, filólogo, ensayista, político, diplomático poca asombra el hecho que entre sus logros estuvo escalar el Cerro Ávila en Caracas con los eminentes científicos Alexander von Humboldt y Aimé Bonpland, su compañero. Tampoco asombra que Bello en sus años jóvenes aun hubiera sido nada más y nada menos que profesor de Simón Bolívar o se convirtiera en uno de los intelectuales más influyentes en la sociedad de Caracas, ganando notoriedad como poeta, al traducir la tragedia Zulima de Voltaire y más aún como director de la Gaceta de Caracas.
Sus ideales lo llevaron a involucrarse directamente con la causa independentistas y en 1810 cuando el Cabildo de Caracas destituye al capitán general Vicente Emparan este es nombrado Oficial Primero de la Secretaría de Relaciones Exteriores y el 10 de junio de ese año, zarpa junto a Simón Bolívar y Luis López Méndez rumbo a Londres en misión diplomática como representante de la naciente República.
Radicado en Londres luego de las infructíferas negociaciones en favor de la causa Venezolana, y como encargado de la embajada de la recién creada república, Bello se ve envuelto en penurias económicas y la propia causa lo termina acercando con Francisco de Miranda y es a partir del propio circulo de influencias que se movían alrededor de Miranda que Bello logra sobrevivir a las penurias económicas en Londres.
Casi 20 años estuvo Andrés Bello en la capital británica, que muy a pesar de sus constantes dificultades de sustento se mantuvo fiel a su causa y emprendió buena parte de su trabajo como escritor y poeta. Una obra que le otorga tanto renombre que José Gaos dijo: “si en los pueblos de lengua española cultivásemos nuestros clásicos como debiéramos, aunque no fuesen comparados a los clásicos de otros pueblos, en las clases de Filosofía deberíamos preferir a […] Bello”.
Durante los casi veinte años que Bello vivió en Londres este dedicó gran parte de su tiempo al estudio y la investigación principalmente basado en la antigua biblioteca del Museo Británico, donde hizo sus compendios de notas llamados: Los cuadernos de Londres.
Por otro lado sus estudios filosóficos lo llevaron a escribir “La sociología de lo bello”, la “Filosofía del entendimiento” y amplios estudios sobre la “Filosofía Moral (Psicología mental y ética)” y “Lógica”.
La vigencia de su pensamiento se basa en como dice Miguel Rojas Gómez “su preocupación económica”, su crítica al nacionalismo, su persistencia en afirmar que es necesaria “la integración económica y cultural”, la promulgación de “la unidad o identidad económica y de intereses de las naciones acabadas de fundar”.
Andrés Bello más allá de sus ideas independentistas y sus precariedades económicas fue un individuo que se dio a la tarea de pensar con sentido crítico, de crear ideas propias para los pueblos recién instituidos pudieran difundir su concepción de la integración como principio teórico-práctico de la identidad cultural.
Fuente: TeleSur
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