
El «Caracazo», un estallido social que tuvo lugar en Caracas el 27 de febrero de 1989, conmemora este año su 36 aniversario, marcando un hito en la historia contemporánea de Venezuela. La crisis económica que precedió a estos eventos fue desencadenada por el endeudamiento del país tras el auge petrolero de los años 70, que dejó a la economía venezolana vulnerable a las fluctuaciones de los precios del petróleo.
A medida que estos precios caían, el Estado incrementó sus gastos, lo que culminó en la devaluación de la moneda en 1983 y en políticas económicas ineficaces que generaron escasez de bienes y desconfianza en la moneda nacional. Los intentos de los gobiernos de Luis Herrera Campíns y Jaime Lusinchi para frenar la crisis, mediante controles de cambio y precios, solo llevaron a la corrupción y a la creación de mercados negros.
La llegada al poder de Carlos Andrés Pérez (CAP) en 1988 trajo consigo un enfoque radicalmente diferente, implementando el «Paquete Económico» que consistía en medidas de liberalización económica bajo la supervisión del Fondo Monetario Internacional (FMI). Estas medidas incluían la liberación de precios y tasas de interés, la eliminación de la tasa de cambio preferencial y un aumento significativo en los precios de servicios y combustibles.
La implementación de estas políticas a partir del 27 de febrero de 1989, particularmente el aumento del 30% en los precios de la gasolina y el transporte público, desató una ola de protestas y disturbios que se convirtieron en un levantamiento popular en Caracas, el cual fue brutalmente reprimido por las fuerzas del orden.



Hechos históricos
Era el 27 de febrero de 1989 cuando el gobierno neoliberal, presidido por Pérez y quien subordinado al Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio (OMC), implementó el llamado «Paquetazo», un conjunto de medidas económicas que iban en detrimento del bienestar social de la población venezolana, como lo fue el aumento en el costo de la gasolina, el precio del pasaje del transporte público, la liberación de precios de productos de primera necesidad, la privatización arbitraria de empresas del Estado, el congelamiento de sueldos y salarios y recortes de todos los «gastos» o presupuestos destinados al área social, así como a un progresivo aumento de la deuda externa nacional.
Este conjunto de medidas económicas desataron una serie de sucesos violentos que originaron un estallido social, primeramente, en la ciudad de Guarenas del Estado Miranda, y que posteriormente llegó hasta la ciudad capital, ocasionando decenas de autobuses incendiados y el saqueo a comercios.
En un intento de frenar la rebelión popular, CAP suspendió algunas garantías constitucionales de la carta magna de 1961, como libertad y seguridad personal, libertad de tránsito, inviolabilidad del hogar, libertad de expresión, derecho de reunión y derecho de manifestación, pero la población se mantuvo en la calle en su aspiración de detener la implementación de las medidas económicas anunciadas, y, en consecuencia, generó una fuerte represión por parte de los cuerpos de seguridad del Estado que disparaban a mansalva a los manifestantes.


La atroz represión, dejó un saldo de más de 200 fallecidos, aunque después de 36 años, todavía se desconoce la cifra real, por eso es calificado como una gran masacre.
Estos acontecimientos dejaron dos resultados; primero, una masacre sin precedentes en la historia de la República y segundo, un cambio de paradigmas, el cual se impulsó desde la conciencia social para cambiar el sistema de la democracia representativa.
El Caracazo “fue la chispa que encendió el Motor de la Revolución Bolivariana”, ya que hizo despertar al pueblo e impulsó la rebelión militar que lideró el 4 de febrero del año 1992 el Comandante eterno, Hugo Chávez.
«…el 27 de febrero no ha terminado porque sigue levantando su grito y su canto de dolor y de esperanza y de clamor por eso que ya ha dicho un mundo mejor eso fue un día de rebelión popular eso fue el 27 de febrero rebelión popular es mentira que fue un pueblo o una turba inconsciente…», afirmó Chávez en un discurso del año 2011.
Para ese entonces Chávez dijo que la burguesía «no debe olvidar que una de las causas de El Caracazo fue el incremento de la pobreza (…) producto del neoliberalismo que anda aspirando volver a Venezuela», y siempre aconsejó a las nuevas generaciones a estudiar y conocer esta historia que la derecha pretende silenciar y borrar de la memoria colectiva.
«La tragedia de “El Caracazo” nos golpeó el rostro a los soldados venezolanos. Simón Bolívar ya lo había dicho: “Maldito sea el soldado que vuelva las armas contra su pueblo…” Así que a nosotros nos cayó la maldición bolivariana el 27 de febrero, pero el 4 de febrero (1992) salió la bendición de un pueblo a bañarnos con su amor».
«Ahora ¿saben una cosa? Esa Patria nueva ya no es tanto de nosotros los que ya vamos con el sol a media cuesta, esa Patria es para ustedes juventud heroica, juventud buena, juventud bonita, cuidemos la Patria para que más nunca caiga en manos de quienes la violaron, la mancillaron, la entregaron y la redujeron a ceniza. Hoy la Patria renació de las cenizas, y más nunca morirá».
Del mismo modo, el presidente de la República Nicolás Maduro, aseguró en una oportunidad: «Una rebelión de millones, se llamó el Caracazo, pero fue el «venezolanazo», millones de rebeldes en las calles diciendo ¡ya basta!, luego de dos siglos de traiciones, saqueos, represión de la cuarta república, que negaba los derechos sociales al pueblo invisible y aplastado, que solo era buscado cada 5 años para lograr su voto».
Aquellos acontecimientos ha dejado una huella imborrable en los venezolanos en una fecha que no olvidaran y es por ello que Venezuela conmemora la valentía de un pueblo que salió a defender sus derechos, que hoy en día sigue heroico, sigue firme en su ideario patriota y en su integridad por la lucha de sus ideales, manteniendo el legado de Hugo Chávez de la mano del presidente revolucionario Nicolás Maduro, continuando en el camino del amor, lealtad y en defensa de la soberanía del país.


El legado del Caracazo se mantiene vivo en la memoria colectiva del pueblo venezolano y es recordado por su resistencia frente a las políticas neoliberales y la opresión. En este 36 aniversario, el presidente de la República, Nicolás Maduro resalta que el «pueblo rebelde de ayer» es el que ahora se enfrenta a nuevos desafíos para construir el futuro del país. Su mensaje enfatiza la lucha contra el imperialismo y la oligarquía, y el compromiso de no permitir que se repitan los errores del pasado.
Maduro vincula el espíritu de resistencia del Caracazo con la lucha actual por la soberanía y la justicia social, reivindicando la identidad de un pueblo que ha sabido enfrentar adversidades a lo largo de su historia.
De manera que, el Caracazo no solo representa un momento de rebelión ante la injusticia social, sino que también sirve como un recordatorio de la capacidad de un pueblo para unirse en defensa de su dignidad y derechos. La conmemoración de este evento invita a reflexionar sobre la importancia de aprender de la historia para construir un futuro más justo y equitativo. Así, el mensaje del presidente en el contexto actual, donde la resistencia y la unidad del pueblo son fundamentales para enfrentar los desafíos que persisten en Venezuela, reafirmando la voluntad de no permitir que las lecciones del pasado sean olvidadas en la lucha por un país libre y soberano.
Entrevista a Sandino Primera
En referencia a este Despertar del Pueblo, con el «Caracazo», el cantautor revolucionario, Sandino Primera, hijo del ya fallecido «cantor del pueblo», Alí Primera, ofreció una grata entrevista de su perspectiva sobre los hechos ocurridos el 27 de Febrero de 1989 y lo que significa hoy en día para la población venezolana.
Primera converso acerca de lo que dio inicio a lo ocurrido el 27 de febrero. «Desde la experiencia de lo que vivimos en el valle, frente al territorio de la Fuerza Armada, que era el ejército que está justamente al frente, la masacre que se vivió en el valle, los que fuimos testigos, Pero yo, con el tiempo, entiendo que el conflicto tuvo su origen mucho tiempo antes. Es decir, el malestar. La desidia, el abandono».
«Los barrios no nacen de la nada. Los cerros no se llenan de gente de la nada. La rabia, la impotencia, la guerrilla, los grupos armados, Alí Primera, no nacen de la nada. Hay una razón. Incluso en el caso de Alí Primera había muerto, es decir. Y la canción que Alí Primera cantó, que era un sueño, una imaginación, no era una realidad».
Asimismo, afirmó que: «El origen tuvo su tiempo antes, y reventó el desenlace, el gran quiebre, digamos, definitivo, cultural, de nuestra generación, de este tiempo incluso.
«El último gran quiebre definitivo fue el Caracazo, definitivo. Porque ya de ahí en adelante fue imparable. Ese proceso de cambio que llevó luego, en el 98, a la presidencia a Hugo Chávez».
Seguidamente, respondió desde su óptica ¿Qué representa el Caracazo del 27 de febrero del 89 en la actualidad?, «sepan que cuando este pueblo tomó una decisión definitiva desde la dignidad, aunque se perciba rabiosa, de defender esa dignidad, sepan que el Caracazo es la muestra legítima, clara, de una capacidad, y eso que no fue tan organizada fue un poco también espontánea en algunos aspectos, pero también canalizada y encauzada por movimientos sociales con mayor claridad de la realidad, de la situación política».
«Hoy somos una Venezuela mucho más despierta, más consciente, más clara sobre todo lo que rodea la política nacional y mundial. Entonces, bueno, un dato sabio el antes y el después. El antes y el después definitivamente», añadió a su respuesta.
A su vez, Sandino comento acerca del despertar del pueblo ante el viejo sistema neoliberal y antidemocrático, «como esa señal de la capacidad de reacción y de fuerza con la que nos podemos levantar y rebelar frente a cualquier situación de terrible injusticia. Hoy no ha sucedido, incluso ya no tienen oxígeno ni formas como Guarimbas, que es un pueblo igual molesto, es un pueblo igual confundido, es un pueblo igual con impotencia».
«En las Guarimbas había gente que tenía un sentimiento legítimo, original, verdad, sobre cosas que no tienen que suceder, que no deben suceder, pero detrás de eso lo que capitaliza ese malestar es un movimiento profundamente entreguista del país, profundamente disociado de la realidad del país, desconectado y desinteresado, de verdad, de resolver los problemas, porque ellos tuvieron el poder por más de 40 años y no lo resolvieron. Entonces, hoy el meollo del problema sigue todavía sin resolverse, pero hay mucho más conciencia de cómo, de qué podemos hacer, de cuáles son los problemas», expresó.
Primera hizo mención de que es lo que representa la Revolución Bolivariana luego del 27 de febrero de 1989, «el movimiento revolucionario, después del 89, se quitó una espina, pero a la vez se sentía profundamente indefenso. Nadie fue detenido, murieron miles de personas o, hasta ahora, los más serios, más de 300 personas. Y ni una persona detenida. Aquí en las Guarimbas, en 2017, aquí un gentío fue detenido, militares, policías, guardias, fueron detenidos, aquí se metieron presos, a gerentes, a directoras, a presidentes de instituciones, de corporaciones, ministros».
«Y no es ahorita que nació la corrupción. Si están matando más de 300 personas y nadie va detenido, nadie ha investigado qué más actos de perversión y corrupción. Entonces, digamos, para el movimiento revolucionario se sintió indefenso. Que luego, en el 92, dos años después, 90, 91, 92, tres años, casi tres años después, digamos, vuelve a animarse dignamente. Pero el movimiento revolucionario se quita una espina, pero queda terriblemente golpeado, como todos los venezolanos, horrible, fue una situación terrible. Y como indefenso, indefensión, yo creo que sí hubo una situación de indefensión. Sí. Bueno, como todos sabemos».
¿El Caracazo dejó una huella imborrable en los venezolanos. La valentía del pueblo hoy sigue viva, y su ideario patriota, cual es tu opinión sobre esto?
La valentía del pueblo hoy sigue viva, y su ideario patriota, sigue vivo porque es una muestra de que cuando nosotros encauzamos las emociones de la rabia, profunda rabia, indignación, y nos levantamos juntos, hermanos, somos poderosísimos.
Tenemos que estar cambiando todo tipo de estrategias de guerra, estamos en una situación de guerra, una forma de guerra. Entonces, es bien complejo el reto que tiene el Ejecutivo y nosotros como sociedad de tampoco perder el rumbo, no olvidarnos que la razón por la cual nosotros decidimos que sea una revolución, sobre todo después del 27 de febrero, es que hay una sociedad, unos valores por transformar, una humanidad que sea más humana.
¿Crees que en Venezuela se ha creado más conciencia, madurez política después del Caracazo?
Sí, por supuesto. En el 89, el 90, a la gente le daba vergüenza la bandera venezolana. Era más fino, era más chévere, más moderno utilizar la bandera de Estados Unidos en una ropa, en una prenda de ropa, es una realidad aún. Daba pena tener una bandera venezolana. Hoy conocemos nuestro país como antes no lo habíamos conocido, en masa quiero decir. Hoy hablamos y defendemos y queremos y por eso somos más conscientes de nuestro país, de nuestro territorio, como antes no lo fuimos. Sabemos más de nuestra política, de nuestro país, de nuestros gobernantes, como antes no lo fuimos. Tenemos la intención de organizarnos cada vez más como antes no lo estuvimos. Sí, sí, sí, hay una mayor madurez, definitivamente, en todos los sentidos, desde el 27 de febrero para acá.

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