El Vicepresidente Sectorial Freddy Ñáñez destacó la dualidad que enfrenta la sociedad ante las nuevas tecnologías: por un lado, la fobia tecnológica, arraigada en el desconocimiento y el temor a lo desconocido, y por otro, la ingenuidad tecnológica

Caracas, 5 de diciembre de 2025. – La Universidad Católica Santa Rosa (UCSAR) fue sede del Foro sobre las Nuevas Tecnologías de la Comunicación y la Información, un espacio de reflexión crítica donde el Vicepresidente Sectorial de Comunicación, Cultura y Turismo, Freddy Ñáñez, junto a especialistas invitados y estudiantes universitarios, analizó el impacto de la tecnología en la vida cotidiana y los desafíos éticos, políticos y sociales que plantea su acelerado desarrollo.
Durante su intervención, Ñáñez destacó la dualidad que enfrenta la sociedad ante las nuevas tecnologías: por un lado, la fobia tecnológica, arraigada en la ignorancia y el temor a lo desconocido, y por otro, la ingenuidad tecnológica, donde se asume acríticamente que la tecnología resolverá todos los problemas humanos.
“Cada tecnología pone en peligro maneras de mundo conocidas y nos inserta en un periodo de incertidumbre. La falta de pedagogía crítica nos hace víctimas de una disrupción que no estamos gestionando con conciencia”, afirmó. Subrayó que ambos extremos, el rechazo y la adopción acrítica, evidencian la ausencia de una educación integral que trascienda el manejo instrumental para abordar el impacto antropológico y social de herramientas como la inteligencia artificial (IA) y las redes sociales.
El foro abordó temas como:
- La erosión de lo político: polarización, desinformación (fake news) y pérdida del debate racional.
- Salud mental: adicciones digitales, soledad y modelos de éxito impuestos por algoritmos.
- Derechos individuales: pérdida de privacidad, vigilancia masiva y el “derecho al olvido”.
De esta manera, enfatizó que sin regulaciones éticas, tecnologías como la IA podrían profundizar desigualdades o incluso usarse para legislar o dictar normas sin comprensión humana de lo justo. “La máquina no puede sustituir al humano en decisiones que requieren empatía, moral o experiencia existencial”, señaló Ñáñez.
El alto funcionario planteó la urgencia de:
- Políticas públicas que regulen el desarrollo tecnológico con enfoque en derechos humanos.
- Pedagogía crítica: formar ciudadanos que usen la tecnología sin ser usados por ella.
- Tecnologías soberanas: desarrollo local al servicio de necesidades reales, no del consumo.
UCSAR: pionera en la reflexión tecnológica
La UCSAR destacó por promover este debate desde las ciencias sociales, con proyectos estudiantiles que llevan estas discusiones a liceos y comunidades. “No podemos penalizar el uso de IA, pero sí enseñar a cuestionarla. El verdadero poder está en la conciencia humana”, concluyó el también ministro para la comunicación e información Náñez.
El Vicepresidente Sectorial concluyó con un llamado a humanizar la tecnología, recordando que “el ser humano, aunque imperfecto, es el único capaz de buscar verdad, justicia y belleza”.
Asimismo, recordó que “la tecnología, como la poesía, debe reconocer sus límites para no confundir simulación con realidad”.
El foro contó con la participación de estudiantes que desarrollaron talleres en escuelas sobre seguridad digital y uso responsable de tecnologías.




“Síntomas” de una nueva época
En el marco del encuentro académico, la directora de Formación de la Vicepresidencia Sectorial de Comunicación y Cultura, Jessica Pernía, expuso un análisis sobre los “cuatro grandes síntomas” que, según investigaciones recientes, delinean el tránsito hacia una nueva era marcada por transformaciones geopolíticas, tecnológicas y civilizatorias.
Los cuatro síntomas de una nueva época
Pernía, acompañada por el profesor Giuliani y el ministro Ñáñez, destacó los siguientes fenómenos:
- Riesgo de una nueva guerra mundial: La fragilidad del orden global pos Segunda Guerra Mundial, evidenciada en conflictos como la guerra en Ucrania y la tensión entre Estados Unidos e Irán, podría escalar hacia una reconfiguración geopolítica impulsada por las grandes potencias.
- Crisis civilizatoria del capitalismo: La modernidad enfrenta una “reingeniería permanente” que profundiza desigualdades, afectando especialmente a poblaciones vulnerables. La pandemia de COVID-19 exacerbó esta crisis, revelando la incapacidad de los Estados de bienestar para responder a emergencias globales.
- Resurgimiento del fascismo: Pernía alertó sobre el auge de ideologías autoritarias, potenciadas por redes sociales, que atacan minorías mediante discursos de odio racial, religioso y cultural, amenazando los sistemas democráticos.
- Revolución de las tecnologías de la información: En menos de una década, las TIC han transformado la política, la economía y la cultura, generando un “tecnocapitalismo” que explota el pensamiento humano como nueva materia prima.
Tecnología y poder
La directora profundizó en cómo el tecnocapitalismo, concepto del filósofo Luis Suárez Villa, sustancia su acumulación en tres ejes:
- Datificación: La vida humana convertida en datos binarios, jerarquizados y mercantilizados.
- Proyección de futuros: Uso de big data para predecir comportamientos sociales.
- Modulación de conductas: Técnicas de psicopolítica y biopolítica (inspiradas en el panóptico de Foucault) para moldear acciones individuales y colectivas.
Pernía subrayó la urgencia de debatir estos temas con la sociedad venezolana: “Estos síntomas nos obligan a repensar nuestra relación con la tecnología, el poder y la democracia en un mundo en constante transformación”. Asimismo, concluyó su intervención con un llamado a fortalecer la investigación crítica y la participación ciudadana ante estos desafíos.



Tecnología sin ingenuidad ni satanización
El psicólogo social y máster por la Universidad Central de Venezuela (UCV), Fernando Giuliani, participó como ponente durante el Foro sobre las Nuevas Tecnologías de la Comunicación y la Información, donde destacó la necesidad de analizar su impacto desde una perspectiva crítica pero equilibrada. Durante su intervención, Giuliani agradeció a las autoridades académicas, incluido el ministro Freddy Ñáñez, así como a estudiantes y colegas, por fomentar espacios de reflexión sobre temas de relevancia actual.
Giuliani planteó que la tecnología no debe ser abordada desde extremos: “Ni con ingenuidad ni con satanización. No se trata de decir ‘boten los teléfonos’, sino de entender su influencia”. Subrayó que, aunque las herramientas digitales pueden resultar abrumadoras, especialmente para generaciones no nativas, es esencial asumir una “pedagogía” que permita su uso consciente, más allá de medidas simplistas como los controles parentales.
Retomando la idea de la “guerra cognitiva” mencionada por la directora Jessica Pernía, Giuliani amplió el análisis hacia tres dimensiones clave:
- Contenido: La tradicional influencia de los medios masivos en lo que pensamos.
- Estructura: Cómo las plataformas interactivas moldean la organización de nuestras ideas.
- Racionalidad: El efecto profundo en la forma misma de pensar, orientando la atención y la voluntad.
“Las tecnologías actuales captan nuestra atención y voluntad, elementos distintivos de lo humano”, explicó, resaltando que esto altera incluso la percepción de la realidad. Ejemplificó cómo los algoritmos crean “burbujas” que refuerzan sesgos e intereses ocultos: “Detrás hay propietarios con poder. No son máquinas neutras”.
El experto comparó el antiguo lema «si no está en TV, no existe» con la actual dependencia digital, y criticó cómo la publicidad, desde los cigarrillos en los 80 hasta las campañas actuales, ha moldeado aspiraciones sociales bajo intereses comerciales o políticos. “Hay que preguntarse qué modelos de felicidad o libertad se nos venden”, advirtió.
Giuliani cerró su intervención enfatizando la urgencia de formar ciudadanos capaces de discernir estos mecanismos, sin caer en el pánico ni la pasividad. “Celebremos estos debates presenciales, pero actuemos. La pedagogía es la herramienta para no ser arrastrados por la corriente”, concluyó.




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